domingo, 20 de febrero de 2011

La violencia del silencio y la complicidad

Seguramente se habla mucho de la violencia como un acto que se ejerce. Pero la violencia tiene muchas formas. En nuestro trabajo de grupo nos planteamos diferentes cuestiones sobre este tema. Nos llama la atención ver como frente determinadas situaciones, la mirada evita entrar en contacto con el conflicto. Algunos de nuestros componentes del grupo trabajan en diversas áreas como educación o sanidad, y las fallas humanas e institucionales a nivel de respuesta frente a problemas que deberían abordarse con posturas comprometidas, es demasiado frecuente. Con demasiada reiteración, la relativización de una situación grave: personal, familiar, grupal o social, hace que nos convirtamos en colaboracionistas de este hecho. El colaboracionismo es una forma mas de violencia, que integramos como normalidad; pero en realidad es una normopatia instaurada en la sociedad. Son esas "pequeñas" cosas que pasamos por alto, en lo cotidiano, disminuidas en su significado porque nuestra relativización hace que se conviertan en algo ínfimo, en un mínimo malestar que ronronea en nuestro corazón sin mucha potencia y que, sencillamente, nos deja un pequeño poso de mal sabor. Luego, nos vamos a dormir, y esperamos que al día siguiente, una extraña magia lo haya hecho desaparecer. Pero no es así. La violencia como acto no desaparece, se sostiene reavivada por la violencia del silencio. "Si la cultura hace callar a las víctimas y les añade una agresión más, y si la sociedad abandona a las criaturas que considera que se han hechado a perder, entonces los que han recibido un trauma conocerán un destino carente de esperanza", dice Boris Cyrulnik en Los Patitos Feos. Ser resiliente o superviviente no es una ganga, es una circunstancia que dificilmente hubieramos elegido de tener otra opcion. Ni siquiera es una garantía para las personas que pasan por la vivencia de un trauma, aunque trabajemos para favorecer esa actitud. Dice el Dr. Juan Campos en su articulo: "Agresividad individual y social. Violencia y el cuento de la Bella durmiente"... (...) es posible que lo que tengamos que aprender es a conocer el sufrimiento sin necesidad de padecerlo, a comprender al otro, a los otros, aunque no tengamos nada en común que nos recuerde a nosotros mismos." No contribuyamos a la violencia del silencio y la complicidad. Evitemos el colaboracionismo.