domingo, 10 de diciembre de 2017

ALBERT CAMUS TAMBIÉN HABLÓ DE RESILIENCIA



En su obra El Verano (1953), Albert Camus nos muestra, a través de la belleza que despliega la fuerza desde la fragilidad, esa potencia que vence obstáculos, que llama a la vida, a pesar de las circunstancias adversas.
La obra está integrada por varias composiciones y artículos entre los años 1941 y 1953. No detallaremos el contenido de los mismos, solo señalaremos la importancia del momento histórico en que esta obra se lleva a cabo: una etapa convulsa para el mundo, en muchos sentidos. Pero, ¿cuantas batallas debemos librar los humanos, también desde nuestro interior?
El autor nos convoca a empujar de vuelta lo mejor que tenemos, frente a la dureza que puede suponer a veces el envite exterior.



domingo, 3 de diciembre de 2017

TRABAJAR CON VICTIMAS EN PSICOTERAPIA


Vivir un acontecimiento traumático es una de las situaciones más duras a las que puede enfrentarse una persona. El suceso traumático implica, en determinada ocasiones, iniciar un proceso de victimización. A pesar de ello, esta experiencia supone también una oportunidad para construir nuevos sistemas de valores y reestructurar la forma de percibir el entorno. Esto nos inclina a pensar que un porcentaje importante de personas que han sufrido una afectación traumática, pueden dotar a su vida de un nuevo significado. Trabajar en atención a las víctimas es trabajar con los efectos del trauma, y comporta interrogarse, frecuentemente, tanto por la vulnerabilidad como por la capacidad de resistencia del ser humano.

Todo trauma implica fractura, "los sucesos traumáticos destrozan los sistemas de protección normales que dan a las personas una sensación de control, de conexión y de significado" (Herman, 2004; p. 63).  El estrés es una respuesta adaptativa a la situación que lo provoca; pero la excepcionalidad de los hechos traumáticos está vinculada a lo que comportan: un cambio en el orden normal de la vida de quien los padece que, con frecuencia, presupone iniciar un proceso de victimización. A pesar de los cambios operados sobre la consideración e imagen de las víctimas, gracias a las investigaciones y avances  de la victimología y otras disciplinas, el estudio del trauma psicológico debe estar constantemente en lucha con la tendencia a desacreditar a la víctima o a hacerla invisible (Herman, 2004). Por ello es frecuente que debamos preguntarnos por cómo la víctima de un hecho traumático construye su identidad en torno a su propia victimidad (Correa y Fernández 2016). El trauma se  torna en  el nuevo organizador de esa identidad.
La narración de los hechos es una vía para poder ordenar y comprender, por eso consideramos básico que estas personas puedan tejer sus historias, explicárselas a sí mismas y a los demás. Las verbalizaciones pueden ser motor de cambio, como nos señala el modelo de Edith Grotberg (1995) sobre resiliencia. La víctima debe poder tener un proceder dinámico para conseguir sobrevivir, primero, e iniciar el camino a la recuperación, después. Ese proceder se consigue no solo por atributos intrínsecos de fortaleza y lucha, sino a través de la dimensión psicosocial (Fornós, 2017)
Para comprender mejor la difícil gestión del trauma, a la supuesta vulnerabilidad debemos sumarle las reacciones sociales secundariamente victimizadoras (Herrera, 2009); la cual puede llevar, en muchos casos,  a causar sentimientos de impotencia y soledad en quienes la padecen. Estas circunstancias tiene como consecuencia inducir a las víctimas a la indefensión aprendida como respuesta psicoemocional frente al estrés.

Desde nuestra experiencia profesional en la práctica clínica y psicoterapéutica, hemos visto la dificultad de muchas personas agredidas para protegerse de la agresión. Pero también hemos comprendido que las personas tienen capacidades y recursos para sobreponerse a situaciones terribles. Quizás deberíamos empezar a considerar a la víctima desde otra perspectiva, y contribuir con nuestras investigaciones a que no reciban un mensaje que dificulte su propia capacidad de superación post-traumática. Si los profesionales de la atención a las víctimas tenemos que hacer algo, ha de ser en pos de ayudar a las personas que han sufrido alguna situación traumática, para que recuperen la confianza en sus recursos.
La psicoterapia debe ser de ayuda en el proceso de desvictimización.
Este consiste en lograr que una víctima vuelva a recuperar el control sobre su propia vida y se sienta capaz de reconstruir y tejer su propio destino, lejos de todas las creencias negativas que se dan a lo largo del proceso de victimización.
La psicoterapia debe contribuir siempre a fomentar aspectos reparadores en las víctimas. El fomento de la resiliencia se plantea como una opción  válida para crecer desde la adversidad.
La resiliencia posibilita actuar sobre aspectos productores de vulnerabilidad.
Más que una suma de factores de protección sería su combinación la que desencadena el proceso resiliente.
Acompañar a las víctimas en su proceso de recuperación implica contribuir a esa posibilidad de fomentar una actitud resiliente.

¿CUANDO PUEDE CRONIFICARSE ESTA SITUACION?
Mientras coexistan algunos de estos factores:

1. Falta de comprensión por parte de la persona afectada de la naturaleza de su problema.
2. Aceptación del rol de víctima.
3. Victimización secundaria.
4. Desconfianza de la posibilidad de compartirlo con otros y buscar apoyo en ellos.
5. Indefensión para afrontar y detener la situación.
6. Complicidad con otros actores sociales que niegan la existencia del problema.
7. La ignorancia social (del entorno) sobre las consecuencias de la exposición a un trauma

Bibliografia:
Correa, M.; Fernández, B. (2016)  La construcción del mito de la víctima aceptable. The construction of the acceptable victim mythos. Revista de Victimología 4, 31-49 Barcelona: Huygens Editorial.
Herman, J (2004) Trauma y recuperación. Cómo superar las consecuencias de la violencia. Madrid: Espasa-Calpe
Fornós, M. (2017) Atención a la víctima y fomento de la resiliencia a través del trabajo en grupo. Tesina Máster Criminología. Universidad Internacional de Valencia.  

© Montserrat Fornós (Barcelona, 2017)