sábado, 12 de noviembre de 2022

MEJORAR ES UN ACTO DE AMOR

 


La resiliencia surge de la interacción de las personas con el entorno en que viven. La llevamos a cabo a partir de desplegar nuestras estrategias adaptativas frente a las adversidades que nos plantea la vida. Construir a pesar del desastre, crecer frente la adversidad, sobreponernos a circunstancias que - en otro momento -.podrían ser devastadoras, forma parte de la actitud resiliente. 

Ser resilientes en determinados momentos de la vida, no nos convierte en resilientes per se; no es una cualidad que quede fijada en nosotros, sino que nos habla de que tuvimos esa habilidad en una circunstancia de nuestra vida, y nos confronta a la necesidad de seguir trabajando, creciendo, aprendiendo, y escuchando lo que sucede a nuestro alrededor y cómo reaccionamos frente a ello. Nunca como un factor de tensión y estrés, sino como la capacidad para aprender a vivir desde un lugar más sano. La necesidad de crecimiento personal, debería estar presente en cada uno de nosotros como ejercicio de salud psico-emocional.

No hay recetas para ese crecimiento. Cada cual lo lleva a cabo según la necesidad y el momento, pero la actitud resiliente nos acerca a aprender a controlar nuestros impulsos; a gestionar nuestras emociones frente a los conflictos de una forma más adecuada, mejorando, por tanto, la resolución de los mismos; a vernos con una mirada más amable y más centrada en renovar nuestra estima; a empatizar desde un lugar más honesto con el entorno y a escuchar a los otros desde sus necesidades, no desde la proyección de las nuestras. Avanzar y desarrollarnos como personas, es el primer gran aprendizaje desde la resiliencia. 

Montse Fornós

Noviembre 2022 

 


domingo, 12 de junio de 2022

CICATRICES

 


El arte japonés de
l kintsugi nos habla de la belleza de integrar la propia cicatriz en un objeto que ha sufrido una rotura. La belleza imperfecta de la cicatriz, que nos confiere una particularidad, una forma de ser y observar el mundo, de interconectar con él. Esa cicatriz que nos transforma y nos hace únicos, surge de nuestra vulnerabilidad y fragilidad, que coexisten con nuestra capacidad para desarrollar resiliencia. ¿Cómo aprenderíamos sino de las experiencias traumáticas sin entender y aceptar nuestra fragilidad? Solo cuando vemos la herida, podemos ser actores activos  de nuestra recuperación. La técnica del kintsugi consiste en reparar las partes rotas de un objeto con barniz espolvoreado con metales como el oro, la plata o el platino, que no se deterioran con las condiciones corrosivas de los ambientes. Todos somos heridos, caemos, tropezamos en muchos momentos de la vida, y algunas de estas caídas nos dañan, y nos dejan marcados. Pero en cada cicatriz hay un oximoron que nos recuerda que en ese mismo lugar donde hubo dolor ahora hay sanación. 

lunes, 23 de marzo de 2020

QUÉ PODEMOS HACER PARA ENTENDER LOS EFECTOS DEL COVID-19 SOBRE EL EQUILIBRIO PSICO-EMOCIONAL Y COMO INICIAR UN CAMINO PARA TRABAJAR ACTITUDES RESILIENTES FRENTE ESTA CRISIS GLOBAL

Fotografía: Montse Fornós ©

Después de muchos años e investigaciones, nadie pone en duda que la resiliencia es una realidad confirmada: la capacidad del ser humano para afrontar experiencias traumáticas e incluso salir fortalecido de ellas, nos coloca frente a la realidad resiliente.

Ahora, frente a esta situación de emergencia mundial por el coronavirus COVID-19, los profesionales de la psicología, debemos saber cómo colaborar para ayudar a crear estos espacios de resiliencia personal, familiar, grupal, social y comunitaria para confrontarla entre todos de la forma más exitosa posible. 

A la amenaza de un virus, algo imperceptible al ojo humano, hay que añadirle otros factores de estrés: el constante bombardeo de los medios, la dificultad para filtrar el volumen y la veracidad de toda la información que se recibe, la percepción de que no todas las medidas son suficientes, el miedo que genera su avance, y la aparición de datos alarmantes; más la incertidumbre de la situación económica que este estado de alarma está haciendo pasar a muchos trabajadores y familias.

1) QUE SENTIMIENTOS SE ESTÁN MOVILIZANDO? 
Los primeros sentimientos que debemos confrontar son los de vulnerabilidadindefensión e incertidumbre.  La vulnerabilidad se explica en relación con algún tipo de amenaza, en este caso a la capacidad de enfermar por un virus (con un tipo determinado de virulencia, que amenaza la salud y en los casos más graves, también la vida, de toda una comunidad); más las consecuencias que esta situación conlleva en cuanto a pérdida de derechos (la libre circulación, como más significativo), de actividades diarias cotidianas, de pérdidas de trabajo y de poder adquisitivo.

Wisner (2003, pp. 11), definió la vulnerabilidad como “las características de una persona o de un grupo y su situación que influyen en su capacidad de anticipar, lidiar, resistir, y recuperarse del impacto de un peligro natural, un evento o un proceso natural extremo” [en At risk: natural hazards, people’s vulnerability and disasters (London, Routledge, 2003)]

El etólogo francés Boris Cyrulnik ha acuñado el término de "resiliencia comunitaria", que describe la capacidad de los pueblos para superar crisis y catástrofes. Entre sus pilares se menciona la autoestima colectiva, la identidad cultural, la honestidad, la solidaridad y el liderazgo comunitario, como una manera eficaz de afrontamiento.


2) CUIDA TU SALUD MENTAL DURANTE EL COVID-19
Unas sugerencias sencillas, pero claras, desde donde cada uno puede empezar a trabajar para mejorar la salud en general y potenciar sus factores resilientes.

- Diferencia entre daño y desafío : el daño está vinculado con nuestra valoración subjetiva de una posible amenaza, nos vulnerabiliza; frente al daño sentimos la disminución de nuestra potencia personal. Daño, lo asociamos a pérdida. En cambio, el desafío nos confronta con nuestra percepción subjetiva de afirmación, de aserción (Dryzun, J., 2006; Daño o desafío: posicionamiento subjetivo ante el trauma: en red) Parece que en esta crisis, hemos pasado a poner el daño en primer lugar, lo haya habido o no, y no acabamos de encontrar un giro en ese posicionamiento. El COVID-19 también implica un desafío personal y social que debemos atender.  Es un momento importante de cambio global frente a una amenaza real, que implicará muchas alteraciones y modificaciones a corto y largo plazo en el sistema establecido. ¿Dónde nos vamos a posicionar?

SUGERENCIAS PARA CUIDARSE: 

- APRENDE A TENER UN CUIDADO PERSONAL ESENCIAL:
1) No te aísles: si tienes esa posibilidad, los recursos actuales permiten tener un mayor contacto con nuestra red de amigos o familiares. Mantener vínculos, ni que sea a través de una llamada, es muy importante para la estabilidad emocional.
2) Busca información, en medios fiables, pero no te sobre satures de la misma. Un exceso de información, crea estados de pánico y angustia. Informados sí, pero con criterio.
3) Cuídate físicamente: no alteres tus pautas de descanso ni de alimentación. Y evita lo máximo productos nocivos para tu salud. La mejor defensa contra el virus, es tratar de tener cuidado de nuestro cuerpo. El tabaco, alcohol y drogas, son malos compañeros de viaje en este momento. 

- INDICACIONES BÁSICAS PARA EL CONFINAMIENTO:
1) Estableced una rutina básica. Estar confinado no significa dejar que el día pase, sin más, sin actividad y en pijama o chándal.
2) Ser disciplinados con esta rutina: por ejemplo, levantarse a una hora, ducharse, vestirse, -como si se fuera a salir-, como recomendación. Pensad que en nuestra vida las rutinas (como la laboral) nos estructuran tiempo, actividad y cabeza. Buscad vuestra rutina.
3) No descuidéis ni vuestra higiene ni vuestro aspecto personal. Forma parte de nuestra identidad.
4) No intentéis llenar el tiempo con muchas actividades como único fin de “pasar el día”. Hay que saber encontrar también espacios personales, tiempo para escucharnos, para disfrutar del silencio de las calles -desde tu ventana o balcón- para meditar, para entender desde qué lugar nos va a cambiar esta situación, para escuchar nuestro potencial resiliente, para hacer aquellas cosas que no podemos hacer habitualmente.
5) Cuidad vuestra alimentación, pensad que ahora no vais a quemar las mismas calorías que antes. Comed de modo racional para el desgaste actual. Evitad los atracones por ansiedad, y si los identificáis, intentad llevarlos hacia otro lado, como haciendo alguna actividad manual (trabajar con las manos, pone la energía y la atención en un punto y ayuda a reducir los niveles de ansiedad)
6) Trabajad con vuestro cuerpo, buscad formas de actividad diaria, movedlo, atendedlo, ésta en una situación extraordinaria de “no actividad”.
7) Cultivad vuestras pasiones: música, lectura, pintura, manualidades, punto, escritura, poesía... Y poneros creativos.
8) Mantened viva vuestra red social.

- SI DEBES ASISTIR A TU LUGAR DE TRABAJO:
1) Es importante para la gestión del estrés acumulativo:
- Definir y clarificar tu rol.
- Ajustar tus funciones al mismo.
- Evitar el perfeccionismo: en situaciones de emergencia, genera expectativas desmesuradas, desborda emociones, y no nos permite ver nuestros límites.
2) Trabajar en equipo, siempre que sea posible, ya que:
- Ayuda a estructurar y repartir las tareas.
- Da cohesión grupal.
- Nos permite a sentirnos menos solos en las tomas de decisiones.
- Determina las pautas concretas de actuación.
3) Escucha las señales de sobrecarga:
- Atiende a los turnos de trabajo y descanso
- Lleva a cabo rotaciones con otros compañeros
- Aliméntate bien
- Crea pequeños espacios libres de estrés: son muy importantes en momentos de sobrecarga.
- Pide ayuda de soporte y apoyo de profesionales cualificados, si lo necesitas.

Pensad que esto que nos toca vivir ahora, nos va a transformar, preparémonos para lo que vendrá y para saber donde querremos estar.
CUIDAROS MUCHO

Montserrat Fornós
Psicología General Sanitaria
Colegiada 9318