"Es una suerte, para su supervivencia, que los bebés están hechos por la naturaleza - de tal modo- que seducen y esclavizan a sus madres" John Bowlby
La relación primera que se establece y nos permite aprender a regular nuestro sistema emocional es la vinculación afectiva o apego (attachment), concepto definido por Bowlby (1958) en su Teoría del Apego, donde explica en profundidad esta necesidad humana.
Este vínculo permite la búsqueda de protección, cuidado, seguridad y bienestar dentro de la relación (Ainswoth, 1989), clave en los primeros años de vida para el desarrollo tanto psicoafectivo como biológico del bebé. Así lo suscriben las investigaciones sobre plasticidad cerebral (Wylie y Simon, 2004).
Igual que en muchas otras situaciones de las relaciones humanas, este proceso se puede ver afectado o influenciado por las condiciones ambientales, especialmente cuando afectan al intercambio entre el niño y la figura de apego. La conclusión que se evidencia de las investigaciones sobre el efecto de las relaciones de apego en el desarrollo mental, muestra que, por ejemplo, el estrés y el trauma perjudican el desarrollo óptimo, mientras que el apego seguro lo favorece (Schore, 2001).
Con esta introducción, pasamos a invitar a nuestros visitantes a que lean y reflexionen sobre este artículo de María Angelica Kotliarenco e Irma Cáceres que titulan RESILIENCIA Y APEGO.
http://www.academia.edu/1492128/RESILIENCIA_Y_APEGO
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