estructura sintáctica de dos palabras o expresiones de significado opuesto,
que originan un nuevo sentido; por ejemplo, un silencio atronador.
Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua.
Resiliencia
implica una puerta a la expectativa de poder salir lo menos dañado posible para
toda persona que ha vivido una situación traumática, pero... ¿cuándo comienza
el proceso resiliente?
Para la
mayoría de autores, el trauma supone el motor de dicho proceso, aunque en
realidad solo es el inicio de un largo recorrido, ya que únicamente le daremos
sentido -como tal- al final del mismo. En este tránsito por el dolor, el trauma
se irá trasformado en adversidad y herida, en adversidad y expectativa, en
reto, en motivación; será el dolor que abrirá la posibilidad de poder crecer a
partir de él, de poner en juego toda la parte sana de nuestro mundo interior
para poder construir desde el desastre. Es en la escisión del sujeto herido por
el trauma donde se da el oxímoron. El placer de construir, la aceptación del
reto, la expectativa de haber sido capaz, de haber podido crecer desde la
adversidad y haberla convertido en aliada y no en enemiga, ahí reside el oxímoron. Y
es partir de esta contradicción, que se inicia todo un camino para la
restauración y sanación. El dolor que se convierte en motor y que da
significado a todo el debate interno que se inicia. Cyrulnik confirma que
“… el oxímoron es la expresión de cómo un sufrimiento se transforma en obra de
arte.” (La Maravilla del Dolor, 2001)
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